“Se paga a sí mismo en un año”, los responsables de Netatmo son claros a la hora de argumentar la eficacia de sus productos orientados a la energía, y la cuantificación económica del asunto la hacen en base a datos empíricos: la instalación de un termostato inteligente logra ahorros energéticos cercanos al 37% anuales (en el caso de España, este dato supera el 40%). ¿A qué se debe este ahorro? Para comprenderlo, hay que entender qué hace un termostato inteligente y por qué resulta una idea genial instalarlo.

Estos dispositivos automatizan los procesos de encendido y apagado de la calefacción en función de las necesidades reales del hogar; es decir, que una casa no debería calentarse si no hay nadie en ella, pero pese a todo, se sigue haciendo. El usuario medio “es muy vago” y por no pelearse con las instrucciones del termostato, no lo toca, siguiendo el dispositivo con su rutina y malgastando energía. En mi caso, quise probar en primera persona este dispositivo instalando un termostato Nest en mi casa, y funcionó, aunque no fue del todo fácil.

 Adiós, calefacción

La puesta en marcha resultó bastante compleja, y todo debido a que un servidor no se veía con ánimo ni habilidad de arreglárselas él solo. Me puse en contacto con Nest y me sugirieron un listado de instaladores autorizados: me puse en contacto con ellos y los plazos que me dieron eran muy largos, pero la gran sorpresa es que tuve que explicar hasta dos y tres veces a qué producto me refería. Al final, fue un instalador de la propia caldera que por fortuna tenía un Nest en su casa, quien me lo instaló.

La primera sensación fue… ¿esto es todo? Una pequeña rueda casi sin funciones y que se ilumina a tu paso era lo que me había traído de cabeza durante tantos días. Y es que no hay más: el mérito del dispositivo reside en su minimalismo y en lo más importante, que te olvides de la calefacción por completo. La primera gran conclusión a la que llegamos en casa era lo confundidos que estábamos en lo que toca a las sensaciones: el “¿no hace un poco de frío en casa?” que antes nos hacía correr a encender la calefacción era ya contrastado con datos.